Al
elaborar los estados financieros, la dirección evaluará la capacidad que tiene
la entidad para continuar en funcionamiento. Los estados financieros se
elaborarán bajo la hipótesis de empresa en funcionamiento, a menos que la
dirección pretenda liquidar la entidad o cesar en su actividad, o bien no
exista otra alternativa más realista que proceder de una de estas formas.
Cuando la dirección, al realizar esta evaluación, sea consciente de la
existencia de incertidumbres importantes, relativas a eventos o condiciones que
puedan aportar dudas significativas sobre la posibilidad de que la entidad siga
funcionando normalmente, procederá a revelarlas en los estados financieros. En
el caso de que los estados financieros no se elaboren bajo la hipótesis de
empresa en funcionamiento, tal hecho será objeto de revelación explícita, junto
con las hipótesis alternativas sobre las que hayan sido elaborados, así como
las razones por las que la entidad no puede ser considerada como una empresa en
funcionamiento.
24. Al evaluar si la hipótesis de empresa en
funcionamiento resulta apropiada, la dirección tendrá en cuenta toda la
información que esté disponible para el futuro, que deberá cubrir al menos, pero
no limitarse a, los doce meses siguientes a partir de la fecha del balance. El
grado de detalle de las consideraciones dependerá de los hechos que se
presenten en cada caso. Cuando la entidad tenga un historial de explotación
rentable, así como facilidades de acceso a recursos financieros, la conclusión
de que utilizar la hipótesis de empresa en funcionamiento es lo apropiado,
podrá alcanzarse sin realizar un análisis en profundidad. En otros casos, la
dirección, antes de convencerse a sí misma de que la hipótesis de continuidad
resulta apropiada, habría de ponderar una amplia gama de factores relacionados
con la rentabilidad actual y esperada, el calendario de pagos de la deuda y las
fuentes potenciales de sustitución de la financiación existente.
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